La Comisión ha publicado (11/10/2023) nuevas herramientas de gestión de riesgos y prospectiva estratégica con vistas a mejorar la capacidad de la UE para enfrentarse a las sequías y la escasez de agua.
Estas dos herramientas, la «base de datos europea del impacto de la sequía» (que se pondrá a disposición del público más adelante) y el «Atlas europeo del riesgo de sequía», forman parte de la estrategia para estimular las acciones europeas en favor del agua y se integrarán en Copernicus, el Observatorio Europeo de la Sequía. Ayudarán a las autoridades a anticipar y gestionar los riesgos en caso de sequía y escasez de agua a escala europea, nacional y local.
En general, las previsiones para las próximas décadas, disponibles en el Atlas europeo del riesgo de sequía, muestran que los riesgos de sequía aumentarán considerablemente. Aunque las regiones se verán afectadas de manera diferente, estas previsiones sugieren que el impacto de la sequía se percibirá en toda la UE.
Dado que el cambio climático afecta a la frecuencia y la intensidad de las precipitaciones, la escasez de agua podría agravarse significativamente en distintas regiones de Europa. Y debido al aumento del riesgo de sequía, los rendimientos de determinados cultivos podrían caer de forma significativa.
Las proyecciones también muestran que el suministro público de agua, incluido el de agua potable, podría verse afectado en varias regiones de Europa. En el sector de la energía, la disminución de los niveles de agua en los ríos, cuyas aguas son más cálidas, dificultará la refrigeración de las centrales nucleares, mientras que la sequía afectará considerablemente a la producción de energía hidroeléctrica en algunas partes de Europa. La presión sobre la navegación interior seguirá siendo elevada e incluso aumentará en algunas regiones.
La escasez de agua y las sequías también tendrán un impacto negativo significativo en la naturaleza. Las proyecciones sugieren que la salud de los ecosistemas acuáticos y terrestres se verá gravemente afectada.