La Comisión Europea acoge con satisfacción la adopción de una nueva Directiva para garantizar una mejor aplicación —a nivel nacional— del derecho de los ciudadanos de la UE a trabajar en otro Estado miembro. Las nuevas normas propuestas por la Comisión en abril de 2013 tienen como objetivo superar la diferencia existente entre los derechos y la realidad y facilitar a las personas que trabajan o que buscan un empleo en otro país el ejercicio de sus derechos en la práctica. Los Estados miembros disponen ahora de dos años para aplicar la Directiva a escala nacional.